A finales de cada mes, todo el mundo tiene que enfrentarse a uno de los acontecimientos más desagradables del año: el pago de las facturas de la electricidad. En la actualidad, esto se está convirtiendo en una auténtica pesadilla, pues debido a la cuarentena del pasado año, al temporal de Filomena de hace unos meses y a un confinamiento selectivo cada vez más constante en los municipios, el consumo energético se está elevando enormemente. Se comprobó que la factura de la luz se disparó con la nevada de principios de año, debido al uso de aparatos electrónicos dentro de los domicilios, y a la escasez de luz debido al temporal.

También en el confinamiento se hacía un uso mayor de la electricidad, pues todo el mundo se encontraba aislado en su vivienda y utilizaban todos los dispositivos que tuvieran a su alcance, ya fueran móviles, (pincha aquí para ver las mejores tarifas) televisores, electrodomésticos, etc. Por este motivo, no es de extrañar que muchos usuarios se pregunten cómo pueden hacer para ahorrar en la factura de la luz, y qué compañía es la más adecuada para tener que los gastos a final de mes sean menores, especialmente en los meses que se requiere mayor consumo energético.

Lo más importante será utilizar los dispositivos y electrodomésticos solamente cuando sea necesario, de manera que se pueda ahorrar en energía, y por tanto, también en dinero. Un elemento clave para esto será comprobar que los aparatos no se encuentran en modo “stand-by”, pues a pesar de estar apagados, siguen en funcionamiento.

Esto quiere decir que seguirán consumiendo, y todo ese consumo se terminará aplicando a la factura a final de mes. Una vez se termine de utilizar cualquier dispositivo, se debe dejar completamente apagado para que no consuma nada de energía que no se está utilizando.

Esto no solamente se refiere a aparatos electrónicos como móviles o televisiones, sino también a electrodomésticos que se encuentren en la cocina, como la lavadora, lavavajillas, e incluso la nevera. En el caso de esta última, es recomendable ajustar la temperatura unos cinco grados, para evitar la acumulación de hielo y de gasto eléctrico.

En cuanto a la iluminación y la calefacción, se debe tener en cuenta que ambos elementos pueden suponer un incremento del precio de las facturas a final de mes, especialmente en meses de frío y poca luz como los de invierno.

 En este caso, se recomienda comprar bombillas de bajo consumo que supongan un ahorro en energía, así como adquirir sistemas de bomba de calor en lo que al tema de calefacción se refiere. Si la vivienda cuenta con un buen aislamiento térmico, se puede contribuir considerablemente a la reducción del consumo energético, lo que será una ventaja a la hora de recibir todas las facturas, y además contribuirá también a la conservación del medio ambiente.

 Es importante también tener muy en cuenta cuáles son las características de cada domicilio, de manera que se pueda contratar la tarifa más adecuada y que menos pueda alterar el presupuesto y la economía familiar de los usuarios.

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